QUIZÁ MAÑANA

Era, de entre todos los homo erectus de aquel clan, el más extremista: siempre, o todo o nada. Cuando trajeron por primera vez el fuego al poblado, quedó fascinado. Y lo quiso para sí. Era uno de sus todos. Primero fue su luz: lo encandiló; luego su calor: lo reconfortó; finalmente, su ardor: lo quemó. El todo lo convirtió en nada.

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subscríbase a mi lista de correo

* requerido