-No quiero morir joven.
-¿Joven? Pero si ya tiene Ud. setenta años…
-¿Y?
-Pues que ya es viejo… vamos, anciano.
-Pero estoy vivo.
-Eso es evidente.
-La vida siempre es joven. Aunque la muerte lo es más aún.
-¿Cómo?
-Que la muerte es joven porque nos devuelve al estado originario.
-Entonces, ¿qué es la vejez?
-La excusa de los perezosos.
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