Era un prodigio comiendo cerezas

Era un prodigio comiendo cerezas. Estas pasaban directamente a los premolares, que las partían; luego su habilidosa lengua separaba los huesos y los escupía; finalmente, los molares trituraban la pulpa, que era deglutida. Se presentó a todos los concursos locales, comarcales, nacionales e internacionales de comedores de cerezas, y todos los ganó. Era un prodigio. Comiendo cerezas.

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