riqueza
(El creyente pobre al capitalista.)
-Eres un descreído.
-Te equivocas. Yo creo en la riqueza. Ésta es lo único verdaderamente trascendental.
-Querrás decir intrascendental.
-Con la riqueza trascendemos lo rutinario y alcanzamos lo extraordinario.
-Lo extraordinario, cuando se hace habitual, se vuelve ordinario.
-Pero sólo nosotros tenemos potestad para considerar lo ordinario como ordinariez.
Después de ganar una fortuna en un juego de azar, creyó que el medio en el que se desenvolvía era muy inseguro y contrató un ejército de guardaespaldas. Pero siguió sintiéndose inseguro. Consultó a cuatro sabios doctores. Uno le dijo que cambiara de entorno; el segundo, que el entorno no era inseguro, sino que el inseguro era él; el tercero, que tenía el destino marcado, como todos los mortales, y que nada podría cambiarlo; y el último, que todo depende del azar, y que este, al igual que le dio la riqueza, le podía quitar esa misma riqueza y la otra mayor, la vida. Contrató dos ejércitos de guardaespaldas más.