Te veo muy acongojado

-Te veo muy acongojado.

-Es que tengo un problema terrible.

-¿Y cuál es?

-No ceso de tener regüeldos, que me obligan a hacer constantes pausas cuando hablo.

-¡Bah! Tu problema es de muy fácil solución: convierte los regüeldos en eructos estentóreos. Así, todo el mundo se alejará de ti consternado y no tendrás que hablar con nadie.

Share

Publicado

en

por

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *