Era una persona de mente muy lúcida. Mientras todos celebraban sus cumpleaños con alegría, ella, en esas señaladas fechas, contrataba a plañideras para que le lloraran: se trataba de recordar sus restaños. Gracias a estos vivía más intensamente los otros trescientos sesenta y cuatro días del año.
Era una persona de mente muy lúcida
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